La Cultura De La Generosidad
La mayoría de cristianos hacen la oración de esta manera: “Señor dame, bendíceme, ayúdame, prospérame” Todo siempre gira alrededor de lo que yo necesito. El ser humano desde que nace, tiene la naturaleza de ser tacaño y por eso uno ve a los niños chiquitos diciendo: “eso es solo mío”
Jesús nos dio el mayor ejemplo en cuanto a la generosidad. El entregó lo más valioso que tenía, su hijo Jesús. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?” (Romanos 8:32 NVI) Dios siempre ha dado generosamente. Para Él es un deleite el poder bendecir a sus hijos. Dios me ha llevado a entender que cuando retengo pierdo mucho pero cuando doy soy muy bendecida.
1. La generosidad es el resultado de una vida transformada
Vemos un gran ejemplo en Zaqueo, antes de conocer a Jesús era cobrador de impuestos y tenía fama que robaba dinero. Tuvo un encuentro con Jesús y su transformación fue inmediata.
“He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.” (Lucas 19:8) Prácticamente pasó de ser un cobrador de dinero a ser un dador de dinero. Quién es el único que puede hacer eso? Dios. El mundo vende la idea que la iglesia sólo pide dinero. La verdad Dios no necesita dinero porque Él es el dueño de todo. El que recibe la bendición es el que tiene el privilegio de dar generosamente.
2. La generosidad es un estilo de vida
“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” (Hechos 20:35).
Vemos la historia del Buen Samaritano que sembró muchas cosas al hombre que quedó casi muerto: le curó las heridas, lo llevó hasta el alojamiento y sembró de su dinero.
No se trata solo de dinero, se trata de ser generosos con nuestro tiempo, energía, talentos. Cuando estamos dispuestos a visitar personas por amor, estamos dando algo muy valioso que es nuestro tiempo. Tu puedes sembrar tiempo en otras personas a través de tu célula (grupo pequeño). También puedes ser voluntario en tu iglesia o en alguna organización. Me encanta ver hasta los niños de lo poco que los padres les dan sacando para ayudar a otras personas. Este tipo de generosidad es algo que se aprende de estudiar los pasos de Jesús. Debemos entender que el dar es verdaderamente un privilegio.
3. La generosidad en medio de la escasez
Muchas personas tienen el concepto que deben ser prósperas para poder ser generosos. Conozco personas que aún de la poca ropa que tienen dan el 10% a otras personas. Siempre llevan con ellos el principio de dar.
“Estas iglesias están siendo probadas con muchas aflicciones y además son muy pobres; pero a la vez rebosan de abundante alegría, la cual se desbordó en gran generosidad.” (2 Corintios 8:2 NTV).
Se desbordó la generosidad en esta iglesia de Macedonia. Estas eran personas muy pobres, con muchas pruebas, con mucha aflicción, pero tenían el gozo de ser generosos. Hoy haz una oración que Dios te revele la bendición de la generosidad, que se convierta en una cultura en tu vida y en tu iglesia.