Mujer, Dios Te Da Una Nueva Oportunidad
En estos últimos cinco años he podido trabajar de manera muy cercana con mujeres de diferentes naciones, culturas, entornos, etc. Esto me ha permitido llegar a una conclusión: que todas, sin importar su trasfondo, están buscando escribir la mejor historia. Y ahora que soy mamá de tres niñas, mi anhelo es que ellas también puedan construir su mejor historia.
En la Biblia encontramos relatos de mujeres que estaban pasando por diferentes dificultades, pero entendieron que podían cambiar la dirección de su vida, entendieron que tenían una oportunidad de cambio. ¿Que pensarías si te dijera que tienes esa misma oportunidad? ¿Una oportunidad para mejorar, para cambiar e incluso de alcanzar un milagro?
El pasado fin de semana, un joven le pidió al pastor de nuestra iglesia que orara por una mujer joven que llevaba poco tiempo de asistir a la iglesia. Él lo hizo con gusto, pero mientras lo hacía, pudo notar algo en el rostro de esta joven que le llamó la atención: vio en ella la mirada de una mujer llena de fe para obtener su milagro, vio en ella un corazón abierto para entender la Palabra. El pastor tomó unos diez minutos para explicarle lo que es un milagro y cómo se debe obtener. Lo maravilloso fue que al Señor solo le tomó un instante para obrar en su vida el milagro.
Esta joven padecía una enfermedad que le estaba quitando todo el colágeno de su cuerpo, le resultaba imposible caminar sin ayuda y permanecía con un dolor continuo. Por años batalló sin encontrar una salida, pero después de un momento de oración con fe y una genuina búsqueda del Señor, ¡todo cambió! ¡Ella salió de la iglesia con su milagro! No podía caminar cuando entró, pero salió corriendo, saltando, y glorificando el nombre de Dios, quien la sanó totalmente.
No sé qué batalla estés librando el día de hoy, pero quiero decirte algo: sólo necesitas un instante con Dios, buscarlo a Él y todo puede cambiar. La Biblia nos dice: ¿será que hay algo imposible para Dios?
Recuerdo la historia de la mujer que estaba enferma con un flujo de sangre por doce años; ella tuvo fe para acercarse a Jesús y tocar el borde de Su manto, y ¡al instante fue curada! (Lucas 8:43-48). Otra mujer que había vivido una vida llena de pecado y tenía mucha amargura en su corazón, se acercó a Jesús, lloró delante de Él y se levantó de sus rodillas siendo otra mujer; encontró propósito y un sentido para su vida (Lucas 7:36-50). Recordemos la historia de una mujer viuda que perdió a su único hijo, pero Jesús la vio y tuvo compasión de ella. Oró por su hijo y éste recobró la vida (Lucas 7:11-17). ¿Sabes algo? Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre, y así como lo hizo en ellas, lo puede hacer en tí.
Todas estas mujeres tenían algunas cosas en común: necesitaban un milagro, buscaron a Jesús y el milagro ocurrió. Para ellas obtener su milagro, simplemente tomaron una acción sencilla: se acercaron voluntariamente a Él. Debemos entender que nuestro Dios es un caballero y Él respeta tu voluntad; es por esto que tú necesitas dar este primer paso.
El día de hoy quisiera hacerte una invitación muy especial: ven y participa de la Universidad de la Vida. Aquí queremos orar por tu milagro, ayudarte a que encuentres a Jesús y puedas quitar esas cargas que han estado en tu vida.
Ven y participa de la Universidad de la Vida. ¡Es tiempo de alcanzar ese milagro que tanto necesitas! ¡Te estamos esperando!
Con amor,
Johanna Castellanos
MCI Church