Dios Merece Lo Mejor De Ti

Romanos 12:4-8 NTV
“4 Así como nuestro cuerpo tiene muchas partes y cada parte tiene una función específica, 5 el cuerpo de Cristo también. Nosotros somos las diversas partes de un solo cuerpo y nos pertenecemos unos a otros. 6 Dios, en su gracia, nos ha dado dones diferentes para hacer bien determinadas cosas. Por lo tanto, si Dios te dio la capacidad de profetizar, habla con toda la fe que Dios te haya concedido. 7 Si tu don es servir a otros, sírvelos bien. Si eres maestro, enseña bien. 8 Si tu don consiste en animar a otros, anímalos. Si tu don es dar, hazlo con generosidad. Si Dios te ha dado la capacidad de liderar, toma la responsabilidad en serio. Y si tienes el don de mostrar bondad a otros, hazlo con gusto.”

ALGO EN QUE PENSAR

Dios nos formó con un propósito, y para poder cumplirlo, Él anhela que estemos en la disposición de dar lo mejor de nosotros para el desarrollo de ese plan divino. Dios no quiere que envidiemos lo que otros poseen, ni que nos preocupemos por las habilidades que no poseemos, sino que Su deseo es que podamos enfocarnos en los dones y talentos que Él ya puso en nuestro interior al momento de crearnos.

Lo que más produce resultados en el ser humano, es cuando hay un alto nivel de motivación en lo que está haciendo y en las labores que se le delegan, porque de lo contrario se convertiría en una experiencia desmotivante y frustrante. Dios quiere que brilles y puedas alcanzar tu máximo potencial para ponerlo a Su servicio.

DESARROLLO

Estos son algunos consejos prácticos para que puedas, con la ayuda de Dios, crecer en tus dones y talentos, y de esta manera, puedas dar lo mejor de ti al Señor:

1. EVALÚA LOS DONES Y RECURSOS QUE POSEES

“Basado en el privilegio y la autoridad que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado.” (Romanos 12:3)

Tómate un tiempo y evalúa bien en lo que eres bueno y en lo que no. Es importante que hagas una lista de aquellas fortalezas que Dios ha puesto en ti. De esta manera podrás clarificar lo que Él quiere que seas y podrás enfocarte en lo que verdaderamente te dará resultados.
La mejor manera de descubrir tus dones y habilidades es experimentando en las diferentes áreas del servicio dentro de la iglesia. Hasta que realmente no te involucres en el servicio, no podrás identificar con claridad para qué eres bueno.
La iglesia es el lugar perfecto donde puedes poner al servicio tus dones y talentos: de esa manera eres bendecido, pero también, eres canal de bendición para los nuevos creyentes que quieren tener una experiencia con Dios.
Recuerda que, sin importar en qué lugar sirvas dentro de la casa de Dios (como líder de una célula, dando la bienvenida, en medios audiovisuales, logística, anfitriones, zona kids, alabanza, etc), estarás dando a conocer a otros el mensaje de Jesús.

2. DIOS PUSO LO MEJOR DE ÉL EN TI

Dios te formó de una manera específica para que pudieras cumplir Su propósito. Muchas veces tendemos a compararnos y a tratar de cambiar la forma en la cual Dios nos hizo, pero debemos tener un corazón agradecido y entender que, al ser nosotros hechos a Su imagen y semejanza, fue porque Dios se esmeró en poner virtudes únicas en nuestra vida para ponerlas a Su servicio.
Satanás tratará de robarte el gozo de servir a Dios de dos maneras: tentándote para que compares tu vida y llamado con las expectativas de otros, y llevándote a conformarte frente a otros.

Una de las razones por las que el apóstol Pablo fue grandemente usado por Dios fue porque rechazó ser distraído de la crítica, o por la comparación de su ministerio con el de otros. Debemos entender que, tanto las críticas como los halagos, Jesús las toma y las lleva en la Cruz del Calvario para que no nos distraigan ni nos afecten, pero debe ser una determinación personal poder soltar eso que nos frena a seguir avanzando y conquistando.

3. ACTIVA LOS DONES QUE DIOS TE HA DADO

La parábola de los talentos nos enseña que Dios siempre está esperando que podamos dar lo mejor de nosotros y que podamos multiplicar y hacer crecer los dones que Él ha puesto en nuestro interior. Debemos cultivar nuestras habilidades y dones, manteniendo nuestros corazones motivados y encendidos en pasión por hacer la voluntad de Dios y engrandecer Su reino, ya que de esa manera podremos dar lo mejor de nuestro servicio a Dios.

Como sucede en el cuerpo humano, que si no ejercitas tus músculos éstos se atrofian, se debilitan y te causan serios problemas de salud y movilidad, así también sucede en nuestra vida diaria: si no usas las habilidades y talentos que Dios ha depositado en ti, fácilmente los perderás. Cualquiera de los dones que están en ti pueden llegar a crecer y desarrollarse, pero esto sucede por medio de la práctica. No te conformes con tener un don desarrollado a medias, sino esfuérzate al máximo para aprender todo lo que puedas. Aprovecha cada oportunidad de entrenamiento que tengas para desarrollar tus habilidades, dones y talentos. ¡Dios te quiere usar en gran manera!

ORACIÓN Y MINISTRACIÓN

  • Toma un tiempo con tus invitados a la célula y deja que puedan hacer una lista de aquellas habilidades, dones y talentos que ellos consideran que pueden poner al servicio de Dios.
  • Guíalos en oración a que puedan visualizar la Cruz del Calvario, y que puedan confesar sinceramente aquellas cosas que el enemigo ha puesto para frenarlos y distraerlos (pereza, cansancio, desmotivación, conformismo, fracaso, frustración, baja autoestima, comparación con el prójimo, competencia, etc).
  • Recuérdales que la Cruz es como un imán donde es atraído todo lo malo que nos limita, y podemos obtener el milagro del intercambio, donde Jesús nos da lo mejor de Él.
  • Con la lista que hicieron al inicio del tiempo de ministración, guíalos a que puedan aplicar la Sangre que brotó de las manos de Jesús sobre sus vidas, declarando que el Espíritu Santo es quien aviva los dones, talentos y habilidades que estaban apagadas y tal vez enterradas hace mucho tiempo atrás, y declara juntamente con ellos que viene el soplo de vida para avivar ese poder de Dios en ellos.
  • Para finalizar, es importante que puedan hacer un compromiso delante de Dios de siempre dar lo mejor de sí mismos para el servicio de Dios y que serán canal de bendición para engrandecer el reino de Dios.

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