Piensa Diferente
En 1990 durante un evento de la National Quality and Business Development Foundation directivos de las compañías más grandes del mundo, generales del ejército de Estados Unidos y aún el Secretario de Defensa escuchaban con gran atención extremadamente impresionados a un joven de tan solo 22 años quien daba la conferencia. Ninguno quería perderse ni una de sus palabras, pues captó la atención de todos desde el mismo momento en el que salió al escenario y es que inicialmente lo que más llama la atención acerca de John es que nació sin sus dos brazos. Pero cuando lo escucharon hablar, todos se dieron cuenta de que es una persona que piensa diferente, pues no ve obstáculos sino oportunidades.
Uno de 8 hijos, John Foppe trabajaba como conferencista al mismo tiempo que estudiaba en la universidad de la cual se graduó con honores en solo tres años y medio. John es una inspiración no solo al escucharlo sino también al verlo. Hoy en día John se afeita, hace café, maneja su carro, cocina huevos y tocineta y hace prácticamente todo lo que hacemos todos en nuestro día a día. No solo esto, sino también es un excelente artista que pinta retratos.
Obviamente el haber nacido sin brazos tuvo un gran impacto en su vida, pero su vida experimentó un giro crucial cuando un día su madre se dio cuenta que el tendría que algún día salir de su casa y hacer su vida, así que tomó la valiente decisión de dejar de ayudarlo a hacer las tareas básicas del día a día. Su madre le dejó un periódico abierto en un reportaje acerca de una niña que había nacido sin brazos y sin piernas. Fue allí cuando empezó a ver lo que tenía en cambio de ver lo que no tenía. La historia de John es un claro ejemplo de lo que sucede cuando alguien se determina a pensar diferente.
El ejemplo de Daniel y sus amigos que encontramos en la Biblia es una clara enseñanza de lo que puede suceder cuando nos determinamos a pensar diferente. Estos jóvenes fueron llevados como cautivos a Babilonia, escogidos para ser instruidos en conocimiento y al mismo tiempo se adoctrinados con las costumbres y la manera de vivir pagana (Daniel 1:3-4). Pero Daniel y sus amigos tomaron una decisión que hizo toda la diferencia. Decidieron que su condición no iba a ser un problema.
Un problema es una situación que posiblemente solucionar, una condición es la oportunidad para usar la fe, oración, inteligencia y creatividad para ver un resultado diferente. Daniel y sus tres amigos se determinaron a no contaminarse con la comida del rey por un periodo determinado de tiempo y su preparación dio resultado en el momento preciso, cuando más lo necesitaron.
“No es donde comienzas que importa, lo que importa es donde terminas” Zig Ziglar
No podemos controlar cómo piensan o se comportan las personas que nos rodean, pero lo que sí podemos controlar es como nosotros pensamos y respondemos. Después de ser víctima de un complot en su contra, Daniel fue llevado al foso de los leones, del cual el mismo Señor lo libró. Al haber sido guardado de esta prueba sus palabras al rey fueron: “Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.” Daniel 6:22.
Toma la decisión diaria de pensar diferente y recuerda que:
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La oración debe producir cambios en ti
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Los problemas no deben cambiar tus principios
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Tus principios convierten tu condición en una oportunidad
Que así como Daniel puedas pensar diferente y ver cada desafío como una oportunidad.