Una muralla que protege la familia

El hombre, la mujer y los hijos tienen muchas veces personalidades diferentes, nunca trate de imponer su forma de ver las cosas y mucho menos pasando por encima de otros


Algunos quizá no alcanzan a entender que edificar un hogar va más allá de tener una hermosa casa, unos buenos muebles, tener objetos muy preciados, una excelente decoración, etc.  La clave de un buen hogar está en tener una relación transparente con el cónyuge y un contacto permanente con la Palabra, pero ese contacto nos va a ayudar a que desarrollemos dentro de nosotros el dominio propio, a que aprendamos a ser pacientes, a tener fe, y a ser excelentes esposos y padres. 

Cuando estábamos en el primer año de matrimonio con mi amada Emma Claudia tuvimos una diferencia y le hablé un poquito fuerte y como mi voz es bien fuerte y mi esposa es muy sensible, ella simplemente se puso a llorar, y yo pensé: “ah, eso las mujeres lloran por todo” y me salí, la dejé llorando. 

Luego el  Señor me habló y me dijo: “Te aborreces a ti mismo”, yo muy sorprendido le respondí: “¡No, Señor!”. Luego escuché la voz del Señor que me decía:  “Lo que le hiciste a tu esposa es una muestra de que te aborreces a ti mismo porque escrito está: la mujer es carne de su carne y hueso de su hueso y nadie aborreció jamás su propia carne sino que la sustenta y la cuida”. 

El Señor me hizo ver que maltratar con palabras a mi esposa era maltratarme a mí mismo, es una muestra de falta de amor; ahí me doblegué, le pedí perdón al Señor y le dije a mi esposa: “Mi amor, perdóname, nunca más te volveré a levantar la voz te respetaré y me determiné tratar a mi esposa como vaso frágil, y ser lo más tierno posible con tigo”

Esto es un ejemplo de una gran muralla que puede proteger nuestra familia y es el respeto y la comunicación. 

El hombre, la mujer y los hijos tienen muchas veces personalidades diferentes, nunca trate de imponer su forma de ver las cosas y mucho menos pasando por encima de otros.

 El respeto que usted tiene por su familia es el mismo respeto que tiene por usted mismo, por eso determínese a tener una buena comunicación al interior del hogar, para esto me gustaría dejarle 5 consejos prácticos: 

  • Nunca levante la voz
  • Nunca declare cosas negativas de ningún miembro de su familia
  • Separe tiempos de calidad para compartir con los miembros de su hogar, apartado del trabajo e incluso del ministerio. 
  • Nunca actué o hable cuando esté enojado o exaltado, las palabras que salen de estos estados pueden marcar un corazón.
  • Ore a diario por su familia.

Haga esto y sé que podrá levantar una muralla que convertirá su familia en ese paraíso que Dios pensó para usted. 

César Castellanos

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