Nuestro mejor perfume

Lucas 7:37-38 NTV
“36 Uno de los fariseos invitó a Jesús a cenar, así que Jesús fue a su casa y se sentó a comer. 37 Cuando cierta mujer de mala vida que vivía en la ciudad se enteró de que Jesús estaba comiendo allí, llevó un hermoso frasco de alabastro lleno de un costoso perfume.38 Llorando, se arrodilló detrás de él a sus pies. Sus lágrimas cayeron sobre los pies de Jesús, y ella los secó con sus cabellos. No cesaba de besarle los pies y les ponía perfume.”

ALGO EN QUE PENSAR

Jesús fue invitado por un hombre llamado Simón a su casa a cenar y allí llegó aquella mujer que protagoniza esta historia. Ante los ojos de los demás, era una persona indigna, ya que llevaba una vida de pecado e inmoralidad que aparentemente le hacía imposible acercarse a Jesús. Pero sin importar su condición, su vida de maldad o los argumentos que pudieran tener en su contra, determinó llegar a esa casa y ofrecerle a Jesús este perfume fino y costoso, en una actitud de rendición.
Cuando tenemos la disposición de rendir nuestras vidas delante de Jesús y entregarle todo lo que somos y representamos, estamos derramando el mejor aroma, el mejor perfume: nuestra adoración.

DESARROLLO

1. ¿QUÉ ES LA ADORACIÓN?

La adoración es muy importante en la vida del creyente. La mayoría de los cristianos, al hablar de este tema, hacen referencia a la reunión de la iglesia a la cual asisten y a las canciones que se entonan en los tiempos de alabanza. Pero debemos entender que más que un género musical, es una actitud del corazón y es estar en la capacidad de rendir todas las áreas de nuestra vida en su totalidad para poder adoptar la naturaleza de santidad de Dios en nosotros. Así como la mujer que derramó este valioso perfume a los pies de Jesús, debemos presentarnos delante de Su presencia con una actitud de arrepentimiento, reconociendo que hemos pecado, pero que al estar ante Sus pies, estamos en un lugar seguro, donde no hay condenación y donde la Sangre poderosa de Jesús puede borrar cualquier falta o maldad.

La santidad de Dios no se puede explicar, tampoco se puede definir, pero solamente puede ser revelada. Muchos cristianos tienen la idea que la santidad es un conjunto de reglas acerca de hacia dónde ir, qué deben hacer, cómo deben hablar o incluso cómo deben vestirse. La santidad no es una serie de prohibiciones y permisos. La santidad es la esencia de lo que Dios es. Todo acerca del Señor es santo, entonces para entender la santidad, necesitamos primero entender quién es Dios y cómo es Él. Recordemos algunas características de la naturaleza de Dios: Él es luz, es amor, es justicia y juicio, es piedad y misericordia, es gracia, es poder.
Por eso cuando tenemos comunión con Dios en la oración y con Su Palabra, entendemos más a fondo Su naturaleza.

2. ¿A QUIÉN ADORAMOS?

Apocalipsis 5:12-13
“12 Cantaban con todas sus fuerzas: «¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!» 13 Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!»

El único que merece nuestra adoración tanto en el cielo como en la tierra es Jesús, quien se entregó por la humanidad para su redención.
En la antigüedad, el propósito del sacrificio de animales era que una vida inocente, pagara las faltas de una vida pecadora. Mas todo esto era un prototipo de la Sangre de Jesús, quien se constituyó en el Cordero de Dios, que vino a quitar el pecado del mundo. Jesús tomó nuestro lugar y ofrendó Su propia vida a cambio de nuestra redención. Jesucristo, el único Hijo de Dios, asumió la naturaleza humana, entregó su vida derramando hasta la última gota de sangre de Su cuerpo y murió tomando nuestro lugar.
¿Hay alguien que ha dado su vida por ti? ¿O que esté en la disposición de hacerlo cuantas veces sea necesario? Creo que Jesús ha demostrado el más grande amor por la humanidad, en que siendo nosotros pecadores, se entregó por nosotros para que tuviéramos una nueva vida.
Jesús es aquél que venció la muerte, ascendió y se sentó a la diestra del Padre. Adoramos a aquél que está sentado en el trono de la gracia.

3. BENEFICIOS DE LA ADORACIÓN

Cuando tenemos una actitud de adoración, podemos escuchar la voz de Dios de una manera clara. Una de las cosas esenciales en la adoración es podernos enfocar en el Señor, alejándonos de nosotros mismos, de las circunstancias que nos rodean, como si estuviéramos uniendo nuestro espíritu con el Suyo.
No es suficiente con simplemente leer la Biblia, porque es necesario escuchar la voz de Dios para poder seguirlo. La adoración es la manera apropiada para estar en una actitud y relación en donde podemos escuchar la voz de Dios, donde la podemos entender y obedecer.

Hay otro beneficio importante al adorar y es que podemos entrar en Su reposo. Solo aquellos que realmente saben adorar pueden disfrutar de esa paz que sobrepasa todo entendimiento y es aquél que descansa en las promesas divinas y experimenta el verdadero gozo que proviene del Espíritu Santo.

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